El presidente argentino, Javier Millay, anunció el sábado la implementación a partir del lunes de una nueva política monetaria, centrada en la emisión cero de moneda, para estimular la revaluación del peso.
“Haremos que el peso recupere su valor”, dijo en una entrevista con LN+. “El crecimiento de la base monetaria en Argentina se detiene aquí. “Es un libro de texto”, explicó. La idea es mantener el peso “arbitrariamente estable” para evitar la devaluación.
Millay también indicó que se cerró el “grifo” para la compra de dólares. Según las regulaciones del mercado cambiario en el MULC (Mercado Único Libre de Cambios), el gobierno cuando compra inyecta pesos en dólares. Para contrarrestar esto, el gobierno deposita dólares en el mercado, asegurando que la oferta monetaria se mantenga constante.
El presidente enfatizó que si bien el dólar sigue ganando terreno, el gobierno continúa comprando divisas, lo que fortalecerá las reservas del país. Admitió que estas medidas podrían generar momentos “difíciles”. “Se avecinan meses difíciles en el mercado de valores, especialmente en invierno, cuando necesitamos más dólares para energía. Las fluctuaciones tendrán que gestionarse con cuidado”, afirmó.
Respuestas y críticas
La presidenta y líder opositora, Cristina Fernández, respondió diciendo que Millay estaba “declarando la verdad” sobre la situación del dólar.
“Que sus seguidores regresen y les digan a los argentinos la verdad: que utilizarán las reservas del Banco Central para intervenir en el mercado”, afirmó.
Fernández también recordó los comentarios de Millay durante su toma de posesión el 10 de diciembre, cuando sugirió que sus prejuicios sobre la economía eran infundados. “Bienvenidos a Argentina”, dijo en las redes sociales tras la declaración de Miley.
Fernández también criticó el enfoque de Millay, señalando que el principal problema de Argentina es su economía dual y la hiperexplotación de las monedas. Reiteró su oferta de pedir un importante acuerdo multipartidista para superar el “bimonetarismo crónico” del país.
“No perdamos más tiempo organizando eventos sin sustancia. Tenemos la oportunidad de reunir a las diversas fuerzas políticas y sectores sociales para discutir seriamente el futuro de nuestro país. Incluso si no ganas un Premio Nobel, vale la pena intentarlo. La historia seguramente lo reconocerá”, concluyó.
