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Año de las energías renovables: 2024

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Para el año 2024, el cambio hacia fuentes energéticas limpias alcanzó un importante punto de inflexión a nivel mundial. De acuerdo con cifras recientes de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), un 92% de toda la nueva capacidad eléctrica instalada durante el año provino de energías renovables. Este notable incremento demuestra un progreso sin precedentes en la utilización de energías limpias, a pesar de la continua inestabilidad geopolítica y las reducciones de presupuesto en proyectos de cooperación internacional. Con un volumen de capacidad eléctrica similar a la combinación de Brasil y Japón, este desarrollo confirma que la transición energética no solo es viable, sino que se está acelerando de manera irreversible.

En 2024, la transición hacia energías limpias alcanzó un hito significativo a nivel global. Según datos recientes de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), el 92% de toda la nueva capacidad eléctrica instalada a lo largo del año provino de fuentes renovables. Este impresionante crecimiento refleja un avance sin precedentes en la adopción de energías limpias, pese a la persistente inestabilidad geopolítica y los recortes presupuestarios en proyectos de cooperación internacional. Con una cifra comparable a la capacidad eléctrica combinada de Brasil y Japón, este avance confirma que la transición energética no solo es posible, sino que se está acelerando de manera irreversible.

António Guterres, Secretario General de la ONU, subrayó que, pese a las adversidades, no se puede retrasar la acción climática. Durante su intervención, Guterres resaltó que las energías renovables no solo ayudan a combatir el cambio climático, sino que también impulsan el crecimiento económico, crean empleo y mejoran la calidad del aire. Un buen ejemplo de esto es la notable reducción en los precios de las tecnologías limpias en los años recientes: desde 2010, el costo de la energía solar ha bajado un 90%, mientras que el de la energía eólica ha disminuido un 60% en el mismo lapso.

A pesar de estos progresos, el impacto del calentamiento global sigue siendo palpable. La Organización Meteorológica Mundial confirmó que 2024 fue nuevamente un año con temperaturas récord, con un promedio global que superó los 1,5°C por encima de los niveles preindustriales. Este incremento en las temperaturas mundiales tiene efectos devastadores, particularmente para las comunidades más vulnerables, que son las que padecen los impactos más severos de fenómenos climáticos extremos.

Con el fin de lograr el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5°C, los países deberán revisar sus compromisos climáticos antes de septiembre de 2025. La ONU ha llamado a las principales economías del mundo, especialmente a las naciones del G20, a encabezar los esfuerzos para disminuir las emisiones globales en un 60% para 2035. Este esfuerzo debe ser guiado por principios de equidad y justicia climática, asegurando que los países más pobres y vulnerables no sean relegados.

Para alcanzar el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5°C, los países deberán actualizar sus compromisos climáticos antes de septiembre de 2025. La ONU ha instado a las economías más grandes del mundo, particularmente a las naciones del G20, a liderar los esfuerzos para reducir las emisiones globales en un 60% para 2035. Este esfuerzo debe ser guiado por principios de equidad y justicia climática, de manera que no se dejen atrás a los países más pobres y vulnerables.

Uno de los temas clave discutidos durante el Diálogo de Petersberg fue la necesidad de financiar una transición ecológica justa. Para ello, la ONU propone movilizar 1,3 billones de dólares anuales hasta 2035, duplicando los fondos destinados a la adaptación climática, con un objetivo mínimo de 40.000 millones de dólares al año. Además, se hizo un llamado a aumentar las contribuciones al Fondo de Pérdidas y Daños, que busca apoyar a los países más afectados por los impactos del cambio climático.

Por Otilia Adame Luevano

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